Francisco VV

Fedra e Hipólito

Al amado hijo de la amazona por parte de la princesa cretense,

Salud le envía quien la carece si no se la entregas y devuelves:

 

 

Hipólito, amo el semblante de Teseo cuando era joven.

Hipólito, por favor, quítate el velo de tu faz. ¿Tan fea soy?

¿O será porque tienes vergüenza y culpa de que te ame?

 

No es secreto para ti: Soy una mujer húmeda ardiendo por dentro.

Mujer para la que, sin la pasión ni la locura, de nada vale vivir;

Porque no quiero que esto sea una experiencia, sino un recuerdo.

 

Perdona si no te dije “me gustas”, si sólo pedí hacer el amor contigo.

Apenas eres un muchacho inmaduro, tonto, prejuicioso y cobarde.

En cambio yo, soy una mujer joven que, entre margaritas y orquídeas,

 

Tuvo el error fatídico de desde su propio prisma contemplarte.

 

Hipólito, Hipólito, Hipólito. No me canso de repetir tu nombre.

Para que sepas, pobre misógino, no soy un florero ni un contrato.

Para que sepas, Amor no es una palabra, sino Libertad, Rebeldía, Felicidad.

 

Castidad, virginidad y celibato: Todo se lo consagraste a Artemisa.

En cambio yo, sólo tengo abstinencia, mi diosa es Afrodita y mi linaje

Es terrible: Desde Pasifae mi madre hasta mi hermana Ariadna.

 

Tu padre Teseo es el culpable de todo: Nos dejó por su amigo Piritoo,

Abandonó a mi hermana Ariadna y asesinó a Hipólita tu madre.

Pero no tengo miedo de él: En Trecén me besabas, en Trecén me besarás;

 

Somos para siempre madrastra e hijastro, aunque compartamos la misma cama.

 

Sé que bajo tu lenguaje corporal no dejas de pensar en mí. Admítelo.

Escucharé tu declaración y tú aceptarás mis disculpas. No tengas miedo,

O haré una locura. Apúrate, antes de que sea tarde, demasiado tarde.

 

 

Tuya, más allá del Estigia, el Tártaro y los Elíseos: Fedra.