Veo la flor de azahar
asomando en los naranjos
las calles de mi barrio
de gente rebosando
Oigo hablar lenguas que no conozco
Extranjeros de muchos lugares
Y escucho abuelas susurrando
palabros y dialectos del siglo pasado
Veo terrazas
con gente riendo
y brindando
por sus penas
Veo una monja
caminando discreta
y con prisa, con una cesta
Veo una niña
con un vestido nuevo
ahuyentando palomas
a saltos
Los bancos están atestados
de personas sentadas mirando la calle
Suenan el ruido de la sirena de una ambulancia
y mil coches demostrando que tienen cláxon
Veo a un señor muy grande
con un perro muy pequeño
Veo a los obreros
pavimentando la acera
Los balcones están infestados de geranios
de jaulas con orquestas de canarios
y gorriones grises
pero libres
mirando a través de ellas
Veo gatos sentados sobre los capós
y a cuatro críos matándose por un balón
Hay a un hombre
tendido a los pies del supermercado
con un cartón en el suelo
y cuatro céntimos que le han tirado
Veo gente montada en un Mercedes
(amarillo por cierto)
y un hombre limpiándoles el parabrisas con un periódico
en el que pone
no sé qué de una crisis
Veo parejas de enamorados paseando
cogidas de la mano
Veo mujeres llevando carritos
Veo mujeres llevando sillas de ruedas
Hombres que trabajan en traje de domingo
Viudas con los labios pintados
y pendientes de perlas
Veo fulanas, traficantes, madres
funcionarios, nietos, profesores de checo
Veo un hombre ciego con un bastón
que baila claqué, veo una mujercilla
con la amplia sonrisa que solo un down
puede tener, cogida de su ya mayor padre
Veo gente vestida de colores
saliendo de una mezquita
Veo una familia de dos madres
y tres hijos
tomando granizados
y horchata
Un gitano tocando el acordeón
y jóvenes vestidos de chándal
fumando en las escaleras
Y me veo a mí en el cristal
del que siempre será tu portal
Amanecen mis días
como un lienzo en blanco
teñido de amaneceres
Y me levanto sin prisa
Leche caliente humeando
como nubes evanescentes
colmo de dulces placeres
canela y miel bailando
a merced de la cucharilla
el tiempo no se para
Y como en mi taza
el mundo gira
puede que en torno al sol
pero siempre sobre sí misma
Ah vida!
él no está
pero todavía
giras.