Heliconidas

Estás en mi corazón

Niña de luna… estás en mi corazón…
Como pequeña efigie de marfil.
Como delicado fanal que titila
con su suerte de presagio embriagador.

Estás en mi corazón… Inagotable y pura;
cantante y sirénida surcando mis venas,
por ríos de iridiscente espuma,
por oleajes de pesado mar gimiente.

Tu mirada es el terco puñal que se entierra
en mis cuitas, hondamente, lacerante…
y me sume en la resignada compulsión del verso,
en el secreto sazón de tiempos y agonías.

Niña de miel… estás en mi corazón…
Como siempre lo has estado.
Pero ahora estás en el lugar que más duele
y no puedo cambiarte, aún menos borrarte…