Padre nuestro que estás en el bosque
respetado y honrado sea tu nombre.
Venga a nosotros tus frutos y tu sombra
tu que das cobijo a los hijos de la tierra
Y a las aves del cielo.
El pan nuestro de cada día, dánosle hoy
Y perdona nuestras culpas,
nuestros incendios, nuestras talas salvajes,
no hagas como nosotros
que no perdonamos a nuestros hermanos de savia
de sangre y de planeta.
No nos dejes caer en la tentación
de creernos los dueños del mundo
arráncanos las cadenas del orgullo,
la codicia y la prepotencia
Y si puedes, y te ha sido dado,
Libéranos de nuestras miserias
Y de nosotros mismos.
AMEN