Te encontré, venías con la mirada al cielo,
Un halo de luz y la sonrisa abierta,
Quise tocar tu alma y encontré tu puerta
Tristemente cerrada, y tú mirada al suelo.
Te quedaste callada y entonces sospeché
Que era el mismo sueño pero con otra cara,
Y que ave de mal agüero infame despertara
Matando las delicias del sueño que soñé.
Y qué importa! Nadie podrá robarme
Este sentir del alma que me nació por ti,
Si en las vidas pasadas por débil sucumbí,
Hoy será diferente, tu amor he de ganarme.
Lucharé porque entiendas que no es poco
El amor que me nace tan sólo por mirarte,
Que al final en el alma lograré sembrarte,
Un amor incendiario, apasionado y loco.
(Vozdetrueno)
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