Siete ninfas observan la escena;
espiando entre follajes
se mimetizan con ellos,
encienden voces, se subyugan,
juegan a ser niños.
Una se escapa,
nadie la percibe;
me acaricia a escondidas
sin que la note, sin tocarme;
la presiento a mis espaldas.
Mira por sobre mis orejas,
detrás de mis pestañas,
intrigada me investiga,
me huele, cuenta mis pecas,
y se aleja.
Luego regresa con otras,
actúan extrañas;
hablan, debaten entre ellas
y me preguntan al oído
¿Eres un dálmata?