Si sus pasos haz de juzgar
primero calza sus zapatillas
y ponte a andar.
Baila sus decisiones
siente sus emociones
y recuerda lo que ha dejado atrás.
Se cuidadoso,
habla con cautela
evita herirla
si la quisiste de verdad.
Cubre sus oídos,
y recuerda que no llegó a ti
por casualidad.
Aún si ya no la quieres,
si ya no se importan,
recuerda que se eligieron
algún tiempo atrás.
Aunque hayas olvidado su belleza,
aunque ya no la quieras,
aprecia lo que fueron
y protégela de la tempestad.