Son estudiantes.
Cuerpos y rostros
que aún perfilan en la dulzura
de crepúsculos de sus cerros
carne ávida con breves dosis
de audaz epifanía
en la edad de la inocencia
de su naturaleza sin arrugas.
Con estridor
el bronce mata la centellante
alquímia de sus paraísos
su verdadero ser
¡su libertad¡
la necesidad de reconciliarse con
el oro cercano de sus sueños.
Hoy no son presencia de materia
en las estadísticas sociales.
Sus cabezas
rascacielos de inexploradas aventuras
¡han perdido la brújula del mundo¡
los extremos de la historia de sus
transformaciones
el abrazo de sus puntos cardinales.
Los han matado sin razón
han desalmado sus ojos y sus lenguas
los han deshumanizado de
su herencia colectiva
¡de su amor único¡
Cuarenta y tres hipotéticos homicidios
cometió la servidumbre carnicera.
Cuarenta y tres veces cometió crimen
¡la justicia falaz¡
Cuarenta y tres veces enmascaró
con obstáculos
cada entrega de vacilaciones.
Cuarenta y tres teóricas muertes
arrojadas al infierno
de una tierra mancillada
por la infamia de regímenes
aborrecibles ajenos a circunstancias
que exigen
¡inequívocas revelaciones¡
Sabemos con confusión que ellos
son esencias anuladas
exiliados del tiempo coexistente
con monólogos desamorados
en que su sangre aún chirría
el despojo.
Sombras de humo que añoran
el vientre de su madre
el susurro de su gente
Ayotzinapa
\"Tabú territorio del azar
Tajante sin respuesta o conclusión\"
¡Talego de desesperación¡
¡Tambor sin corazón¡
¡Taladro en el reloj¡
¡Talud de estragos sin transfiguración¡
¡Tantísimo dolor¡
¡Ta ta ta ta ta ta ta ta¡
¡Tantísimo dolor¡
¡Ta ta ta ta ta ta ta¡
¡Tantísimo dolor¡