Lo que ella nunca entendió y no entiende ahora es la increíble historia de tres, o cuatro; se vuelven una misma historia que definen su futuro y su realidad, todo debía pasar porque si no hubiera pasado lo que ella pensaba no hubiera sido.
Cada historia es tan suya y tan de la otra que vive en sí misma, es cómo dijéramos, una misma realidad en diferentes puntos de su propia vida.
El amor congruente que trae el futuro consigo, el amor pasado que vivió tanto tiempo en el presente, y un amor presente que no sabe si se quedará pero que está latente, es un amor pasional que le despierta al congruente una fiereza descomunal.
Ella tenía que vivir para descubrir lo que el amor es, para diferenciar entre las tres historias, o las cuatro. Ella tenía que vivir para descubrir lo que su cuerpo guarda, lo que su mente escucha y ahora escribe; ella sabe que ningún amor entendería y tal vez no entenderá la importancia de la existencia de los tres, o cuatro. Ahora ella está completa en el presente pero así, con tantas historias qué llenar no habrá futuro.
Lo que es muy cierto es que todo amor puede terminar, que toda historia da paso a la siguiente y que la decisión es de ella, y de la otra.