Cierto día,
tu te irás
y me dejarás
con los ojos empapados
en tus pupilas.
Cierto día me dirás,
amor,
tengo que partir
con tu sonrisa
por visera
y tu perfume
como armadura.
Y me dejarás desnuda,
sin tus manos
que me toquen
y tu hombro
que me acune.
Cierto día,
te alejarás
pero no me quedaré vacía
de suspiros y lagrimas
porque tu beso
de despedida
será mi abrigo,
mi calor
y mi locura.
Javi Lobo.