Pase hoy por el campo
que hace mucho tiempo,
cobijaba espigas
madurando al viento,
y encontré tan solo
silencio y desierto,
que dije al mirarlo,
no puede ser cierto.
Jugando a la guerra
con su amargo aliento
pasaron los hombres,
de a diez y de a cientos.
Las manos armadas,
los ojos con miedo,
que acepte con pena,
su sangre por riego.
Me dijo, los hombres,
se vienen mintiendo
y a las primaveras,
las vuelven invierno.
La guerra es tan solo
camino al infierno
por eso algún día,
han de ser recuerdo.