Tan cierto, como que nunca antes conocí su rostro, no fueron sus ojos, ni su sonrisa, ni su cuerpo, ni la caricia de unas manos, la magia que nos unió, no hubo miradas, ni sexo, nada hubo tangible, consono a la realidad humana conocida en una relación de dos.
Pero, a pesar de eso, conocí su ser, su espíritu mejor que nadie,lo acaricié y abracé contra mi, mil veces con los ojos invisibles del alma, e interminables fueron las noches pensando cómo sería su rostro, y en las historias fantásticas que contaba por vividas al paso obligado y transitorio, en su viaje por la vida, y así... hasta cuando iba rayando el alba, siempre hube leído con atención, cada palabra del encuentro, sin tan siquiera saber el idioma, me esforzaba, por las noches incansable buscaba traducirlas y entonces conocer lo interesante de su pensamiento, descubriendo tesoros emocionales cual si leyera un libro, pero era en directo.
Así conocí un fantasma y lo llevé hasta mis sueños, donde escuchaba su voz balbuceando versos y buscaba en ellos poder ver su rostro y solo aparecían unos labios, que hablaban sin parar de su dolor y acusaba soledades, ¡No! nunca advertí la verdad de su pena, nada, por ejemplo, que en alas del infinito había partido aquella dama quien fuera su compañera la vida entera, y era el motivo de su dolor, y llegué a amar aquel espíritu tan solitario y sufrido porque en él veía reflejado mi propio dolor.
En sus palabras también hubo encanto, episodios de sus mundos recorridos, conocimientos, experiencias, pasajes hermosos unos y otros difíciles de narrar, y sentía que aquel hombre merecía ser amado, y consolado en las heridas de su alma inquieta, cuyo peso arrastraba, y así misteriosamente, fue como aprendí a sentirlo y a amarlo.
Varias veces le pedí ver su rostro y la petición fue negada. ¡Pensé! ¿Acaso no quería, o sería como el fantasma de la ópera? no permitía a ninguna otra forma fantasmal, conociera al hombre que su espíritu habitaba. Pasó el tiempo, muchas fueron las horas y las semanas y los meses, las noches y los días esperando, ¿Esperando que? se encendiera aquella luz que traería emociones e inquietudes diferentes.
Y fue como, poco a poco el arte maravilloso del mundo visitó mi vida, óperas, cuadros famosos, monumentos, historia del arte, vida de grandes músicos de otro siglo, ¿Decían algo? ¡No lo sabía entonces, en mi incasable empeño de buscar respuestas, significados, me convertí al google, para descifrar acertijos Me preguntaba: ¿Que querrían decir? ¿Llevaban algún mensaje oculto? y en vano revisé museos, vida de pintores, escultores, arquitectos, buscando las señales ocultas de algún misterio alucinante, y jamás llegaban.
Hasta que un día cualquiera, hermoso soleado, caminaba entre jardines cubiertos de flores, recreada en el hermoso paisaje matutino de la naturaleza, observando los grandes Apamates que iban abriendo paso al camino, y yo miraba a intervalos la pantalla del inseparable celular amigo, cuando sucedió lo inesperado, de pronto, estupefacta vi aparecer su imagen en los muros.
¡Oh! Sorpresa! era su rostro de golpe, en las redes del mágico universo virtual de navegantes, y allí estaba, ¡Si! sí, era él, mi amor fantasma, anunciando con alegría su felicidad, decía que al fin había encontrado a alguien a quien amar, pidiéndome que yo, !su gran amiga virtual! le deseara gran felicidad, ya que el estaba muy feliz y se sentía afortunado.
Ese día, me enteré acerca de su viudez, unos meses atrás, lo cual habría sido el motivo de sus tristezas, y comprendí que él no era un monstruo, tenía rostro, tenía cuerpo hermoso, y ahora tenía un amor...
Tuve un sentimiento extraño, una profunda pena en el instante, en mi pecho retumbantes latidos del corazón, eran como caballos galopando aprisa, indetenibles, y rodaron lágrimas por mis mejillas, se derrumbó la pared de un sueño inexistente, una de esas locuras increíbles de la mente.
Así me dijo Adiós, así le dije Adiós, solté las amarras, cambie las velas, se fue la barca del fantasma entre los mares del Norte a recorrer otros mundos, y comenzar a vivir nuevas historias, entre cantos de sirenas, a disfrutar el perfume de gardenias, espiritual y real que le brindaba otra flor.
Esa fue la historia no tan rosa, de un sueño de amor que pereció en la nada, antes de traspasar los portales, hacia la dura realidad que nos devora y donde a mi la soledad me acorralaba.
Raquelinamor
Género cuento/Derechos reservados
Miami 2014