Ese rayo celeste que enfoca mi alma.
Esa llama ardiente que teme y que ama.
Esa boca que miente, que descansa en mi cama.
Ese blanco ardor, que cuida, que sana.
Ese milagro de Dios, principal en mi trama.
Ese latido al son, que explota como un arma.
Esa dicha de dos, que penden en una rama.
Ese querido amor, que flota en la lana.