Me sabe a mar tu piel de lejanías
y a cielo azul tu voz de dulce enojo
escucho en la textura de tu antojo
el eco que hace hablar mi fantasía
Te anhela irremediablemente mía
sobre un anochecer nublado y rojo
soñando que eras tú quien me quería
aquel lucero idéntico a tus ojos
Desde la realidad donde dormimos
al sueño del que no nos despertamos
sobre la mar donde nos conocimos
al muelle donde nos precipitamos
donde la cruel razón teme al destino
mi corazón me dice que te amo