Me he propuesto a hablarte, preguntarte cosas simples,
《¿Cómo te ha ido?, ¿Te gustan los caramelos?,
¿Qué color te gusta?, ¿Prefieres, el té o el café?》
Ya me lo he propuesto; el problema es: cumplirlo.
Me es complicado hacerlo;
cada vez que veo tus ojos,
abrazados por esas pecas tan lindas que afloran en tus mejillas,
me pierdo en ellos;
me es imposible concentrarme viendo esos labios tuyos,
que evocan a perderse en ellos.
Es inevitable pensar en querer sostenerte,
abrazar tu cuerpo, rodearlo entre mis brazos,
y estrujarlo tan parsimoniosa y delicadamente,
que hasta los pájaros del cielo querrán
acurrucarse en el nido que crean nuestros cuerpos.
Me he propuesto a hablarte.
Me lo he propuesto.