Allá donde lleguen las alas de las mariposas,
llegará mi boca,
detrás de mi boca, mis labios,
después mi besos
y delante mis sueños.
Allá donde lleguen las mariposas,
estará el campo lleno de amapolas,
esperando como siempre cada primavera.
Sin embargo, este invierno,
le regalé un ramo de flores, por nuestro aniversario
y el florista, dejó en mi casa sus labios,
tuvimos la mejor cena,
hasta que ella terminó con el camarero en el baño,
compré el collar de sus sueños
y el joyero dejó sus manos en su cuello
y firmamos la hipoteca de la vida,
al final ella se fue con el Notario.
Allá donde lleguen las alas de las mariposas,
estaré a salvo.