Porque usted es como una primavera
que llega sutilmente a mi ventana,
encendiendo el cristal de la mañana
cual dulce y silenciosa farolera.
Imagino su paso por la vera
de un poema con trinos azul grana
y escucho su sonrisa tan lejana
como un rumor bajando la ladera.
La presiento mirando sobre mi hombro
mientras voy transitando por mi escrito,
y entre mi azoramiento y mi asombro
a usted, mi fiel lectora, le musito
lo mucho que le estoy agradecido.
Me hace feliz, sin ser un atrevido.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.