Hoy bajo al bar. Hace calor. Pido un refresco.
Mientras lo tomo voy al público observando.
En una mesa veo a chicos conversando,
y a otro más que el periódico lee. Y un fresco
que a la camarera intenta dar palique.
Y en la otra mesa de al lado, muy animada,
otros tres mayores de edad, de voz pausada,
y uno, que allí es un habitual, de nombre Enrique.
Y a tres señoras en edades de buen ver
que hilvanando van entre susurros confidencias,
aprovechando de sus niños las ausencias
hasta que al colegio vuelvan a recoger.
Por lo demás todo trascurre aquí tal cual,
como si en el mundo no ocurriera nada.
Así es la vida en este bar, cada jornada.
Hablar de futbol, ver la tele, es un ritual.
Que la rutina se aposenta en el local,
en besos al café, muescas a la ensaimada,
parsimonia que alumbrará nueva alborada,
pues todo sigue allí su curso. Es natural.
©donaciano bueno
http://www.donacianobueno.com/