Es tu nombre el secreto de mi vida,
que me llevo conmigo al camposanto,
van sus letras insertas en mis rimas
cual perfume de lirios y de nardos!
Cuando el pecho detenga sus suspiros
sin correr ya la sangre por mis venas;
con tu nombre preciado, y tan querido,
se cobijan mis restos bajo tierra!
Si visitas con pena mi sepulcro
has de ver que florecen madreselvas,
notarás su color tan limpio y puro
que parecen salidas de tus trenzas!
Si tú ves que las rosas han crecido,
es tu amor que perdura en mis despojos,
y tus pasos les brindan gran alivio
que consuela mi espíritu tan solo.
Nunca empañes con llanto tu mirada,
ni tu rostro con lágrimas enjuagues,
son tus besos las brisas que me bañan
y por siempre tu vives en mi sangre.
Al morir nos envuenlve la tiniebla,
mas mi muerte tan solo sera el paso,
que en mi historia, tu imagen quede eterna,
con tu nombre guardado de epitafio.
Autor: Aníbal Rodríguez.\'