Me contó una chica, en Poza
que cuando te vio la primera vez,
le pareciste una muñeca,
así, tan guapa, tan perfecta
me contó que eras hermosa,
tanto, como una Diosa
Heredera eres, de dos mundos:
el antiguo, con sus contradicciones y sus dogmas,
con vestigios de algo perdido
ése que ya se ha ido
y con él, se fueron los tuyos
Pero tú elegiste el moderno
el de internet, y de libro electrónico
quizás menos hermoso,
pero también más franco, menos ambiguo
Ese es nuestro tiempo,
el de tus hijos,
con sus tres Jotas, los tres distintos
y también parecidos
a ellos los protegías, y en ellos te proyectabas
y siempre, siempre los apoyabas
Y luchaste contra viento y marea
visceral, beligerante,
con energía incansable
bregabas y bregabas,
con tu mandil y tus canas
Y con tanta pelea, te preocupabas
a veces demasiado, yo pensaba
El tiempo pasó inexorable
y tú te adaptaste
porque así eres, una maga versátil
y ahora que eres más mayor
disfrutas de tu vida agradable
con tus hobbies y con tu marido
a él también lo cambiaste
Y ya no eres muñeca,
pero conservaste su mundo inocente y alegre,
el de las casas de colores,
con sus grecas y rebecas
Lo fuiste y lo eres, esa muñeca
Y como dijo alguien en Poza:
Tan hermosa, tan bella