En estos días mi sonrisa anda perdida, no encuentro salida hacia la luz del día,
la mañana comienza con una niebla densa, que me consume de manera lenta,
al medio día mi garganta se inflama, se me comprime el tórax,
mi tarde pasa a dos mil por hora, no entiendo mi situación ahora,
y al llegar la noche, solo la contemplo en su extensión pura,
la calma de humanidad es la anestesia de mis lastimaduras.
Me siento perdido, cuando en silencio una mujer implora ayuda,
porque su pareja es golpeadora;
me siento abatido, cuando un niño se desploma del hambre,
porque su padre deserto a otra vida con una nueva familia,
su madre no tiene como calmar su estómago y solo llora;
me siento corrompido, cuando su madre llora a su hijo,
el cual entre malas amistades anda perdido.
Pero tendré que acostumbrarme a esta sociedad, donde el amor es escaso,
donde vale menos una sonrisa que el maltrato,
tendré que acostumbrarme a esta sociedad, fria y superficial,
donde tratan de llenar vacíos con dinero y no con un sincero abrazo.
En cierto tiempo yo fui el guia de las familias, pero al parecer hoy en día todos me rechazan,
todos dicen que para ser felices, solo amor basta, pero con sus acciones, contradicen sus palabras.