BÚSQUEDA INCIERTA
Busqué paz donde la oscuridad
era más clara que la luna llena,
donde la blancura intensa de las nubes
se cargan de la atmosférica presión
y se vuelven hoscas y se derraman
sobre la tierra trayendo a su paso
rayos y estruendos que dan miedo,
donde el verde penetrante del bosque
se confabula con el recio invierno
y proyectan sombras borrascosas
que acechan y dan pavor,
en la antiquísima mansión custodiada por gárgolas
que alberga duendes y fantasmas
con sus risas y alaridos escalofriantes,
donde el niño se duerme en su lecho celeste
con una historia de un intrépido héroe
que salva vidas angustiadas.
Quizás la paz estaba en el sueño
que seguía a la victoria del héroe,
¿será que no la busqué apropiadamente?
quizá estaba entre las nubes que quedaron
prendidas al firmamento después de la tormenta
o en la protección que podrían dar las
frondas de los árboles del bosque,
o simplemente en la luz
de la luna llena que ya reinaba en la oscuridad.
O sencillamente donde no la busqué,
en el interior de mi corazón.
Lebusla
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