El instinto se ha ido,
la capacidad de ver la bondad en otros ojos no la percibo.
¿Será que no hay alguien bueno?
(O la dañada soy yo)
Hay momentos que me pongo así
como hoy,
hablando conmigo de los porqués
de las cosas sin sentido para otros,
pero que a mi no me dejan pegar un ojo.
La madurez se ha extraviado en mi camino.
Éste solo me trajo en su lugar;
inseguridad, ganas de estar sola siempre
sin la capacidad de amar a los
no nacidos de mi carne.
Esto sin contar que ya no hago lo que antes hacía,
ya no tengo los mismos vicios,
sobre todo uno;
Amaba escuchar el grito de las almas, muriendo y viviendo en los campos de esas composiciones extrañas,
que a veces te roban una sonrisa
y en ratos una que otra lágrima.
Los poetas le llaman Poesía
pero yo...
Ya no sé cómo \"llamarla\".