Cada vez que nos amamos
la sonrisa me surge fácil
y mi pensamiento se ennoblece
en la evocación del paroxismo
sagrado de mi amor contigo.
Has sido mío en mis brazos
y mi espíritu antes cautivo del dolor
deja lugar a la pasión para llenar
mi pecho de pletórico e infantil gozo
Cada uno de los momentos que pasamos
son trazos inmaculados en el mapa
de mi memoria amatoria.
Contigo tengo bellos trazos de amor
Que hice en mi propio cuerpo, marcado
por tus maravillosas manos cada vez que
tú me acariciabas a morir.
En mi mente aún escucho y recuerdo tu alegre
risa y tu sana emoción, tu picara mirada
y tu insinuante boca, que siempre me invitaba
a besarnos y entregados a la pasión.
En el horizonte de mis memorias
apareces prístino y develado,
como un ángel que visita mis
alboradas para llenarme de
bendiciones y promesas de vida
Contigo todo es vivencia
te llamo, te huelo, te pienso,
te siento, te recuerdo, te sueño
porque en verdad te amo.
Tu amor ha enternecido mi alma
y doblegado el estandarte de mis enojos.
Por eso, al pensar en tus besos
no ceso de desearte con infinita nostalgia
y dibujo un arcoíris de lindos colores
para olvidar que me apremian mis dolores.
Es que te quiero mío y en mis fantasías
te hago uno conmigo y, así, de esa maravillosa
forma, eres siempre tan real como nadie
lo ha sido, ni será.
¡Y, es así como, en las eras, yo te he amado.!!
Raiza N. Jiménez