Bajo una noche vacía y vaga, me resulta difícil olvidar su mágico encanto. Confieso que aun la extraño, admito que me hace bastante falta, y sin su compañía me siento tan vacío como la noche de hoy.
Desearía estar siempre a su lado y admirar su dulce esencia de mujer, pero me he dado cuenta que me resulta imposible acercarme a ella,
Su ausencia hace que los recuerdos más alegres se transformen en memorias azules y melancólicos. Su ausencia me hace morir en vida y sufrir en silencio.
La soledad llena el vacío que dejó ella en mi corazón, puedo sentir como estos fríos y tristes sentimientos son digeridos con dificultad hasta ser tragados con algo del café que preparé.
Se deja de percibir a la vida como un efímero y bello estado de las ánimas, pues al fin de cuentas la vida es solamente una maldita perra desalmada llena de contradicciones y errores continuos, es tan solo un conjunto de fracasos y sufrimientos que tenemos que tolerar diariamente mientras buscamos la tan anhelada felicidad.
¡Malditos sentimientos! Los sentimientos solo me resultaron ser una gruesa cortina de humo que me impide ver con claridad y sofoca constantemente mis pulmones.
Mierda, el café se enfrió, qué más da, igual ya no importa, pues esta noche solo podía sentir la ausencia de sus ojos y sus recuerdos desdibujándose con la suave brisa del viento tropical. Al final solo puedo esperar que resurja el día para que acabe con aquella oscura y melancólica noche azul.