Escritor del viento

Princesa

 

Poesía no encuentro para tu fina elegancia

ni retórica que alabe, tu gracia de infantina,

tu perfume ejerce sobre la azucena supremacía

y tu efigie clara, intensa, más que la hora matutina.

 

En tu cabellera blonda relucen rizos de oro

que juegan con tus ojos claroscuros ambarinos,

y en tus rosados labios, como las rosadas rosas

¡oh dios, tu voz lenta y suave, como cantos divinos!

 

Y frente a tus retratos pareciese que mirara

las novias salomónicas ¡vírgenes y hermosas!

tienes los sonrojos penetrantes de la aurora

y en tu tez brilla, el tono puro de las puras rosas.

 

En tus manos deja que mi corazón renazca

¡oh Princesa! como aquellas flores blancas abrileñas,

y que en tu esencia llena de fragancia nazca

mi poesía, esta que te escribo ¡con la sangre de mis venas!