Enormes montes pares
tu calma en la desgracia
a la penumbra de la falta
un llanto, una queja
una búsqueda descalza
trémulas; pisadas quedan
platónica rememoranza
de antiguas vidas, persignada
son divinos misterios
¿Que es esta boca que ustedes llaman?
¿que son estos sonidos rotos
el porqué de su mirada
en picada sobre mis cuerpos?
palomas, buitres, ángeles del acervo
o intempestiva tiranía
los contemplo
compañia sosegada
pienso todo, no digo nada
La búsqueda constante
en mi programada sangre
primero la lengua, luego la vista radiante
primero las piernas, luego perdido los pasos
¿sobre mis piernas un día?
¿sobre sus hombros, alta raza enardecida?
¿sobre la cumbre de las estrellas?
¿sobre mis sueños o bajo la tierra?
¿y por qué ustedes me besan?
con esa concha comen y rezan
susurran desnudos improperios
ese volcán con el que aman. Estalla
y violentan la valva acurrucada
¿Por qué me besas?
he caído
en cuenta viajera
al rosado firmamento
lloro de impotencia
abalorios empañados
con ternura enfrentas
Madre me consuelas
con secos riachuelos
y en mi boca liberas
tu cálido ceno
viene un celestial sueño
y me lleva de paseo
a una siesta cotidiana.
(a Blanca Sofía)