Que se valla el miedo,
no dejaré que atormente mi vida,
yo vivo con el Rey de reyes
nada temo ni aun a espinas.
Que se aparte el llanto
espacio no hay en mis ojos,
solo lloro de alegría
cuando me da antojos.
Que se pinte de luz la noche
no me tapo con su sabana,
mi cama blanco se viste
la oscuridad no haya entrada.
Que se callen los que no saben
la voz de su Rey escuchar,
en silencio yo medito
en su palabra sin igual.
Que se burlen y que ofendan
todos a la misma vez,
a mi solo me importa Cristo
y que volverá otra vez.
Mientras tanto yo le espero
y nadie calla mi voz,
predicaré mientras viva
de su vida y de su amor.