Aires de cambios empapaban
aquel lugar de árboles altos y frondosos,
donde ella de delgada silueta
bailaba
moviendo sus delicadas caderas.
Aires de cambios brillaban en sus dulces y perfiladas comisuras,
cuando con mis intensiones la tocaba
haciéndola temblar de opacos y podridos deseos.
Vientos llenos de llovizna
a sus dulces movimientos le hacían cambiar.
con el cruel anhelo de que sus suspiros
a mi interior desequilibrara.
Aires, Aires de cambio que a mi mente
retorcida con amor perturbaba
como la luna que a su Naturaleza alteraba
llevándola a mis desgarradoras
garras.