Tú, que hablas de mis dudas.
Tú, que nos has acompañado siempre.
Tú, que plasmas nuestros temores.
Tú, que no has cambiado.
Tú, que ahora estás en mi vida.
Tú, que cada día te he necesitado.
Tú, y sólo tú, comprendes mi alma a cada estrofa,
a cada estribillo,
a cada verso,
a cada palabra,
a cada letra...
A cada sentimiento.