Ay de mis besos que sin ti dejarán de existir. Sígueme como las nubes al viento olvidando todo resentimiento.
Eres pie del arte que inspira toda mi poesía, como la flor que resume a la mujer universal; de mi fuerza dueña, de mi corazón la cosa más bella.
Ay querida mía, ay vida mía.
La arrogancia duele sino estas, cómo te siento cuando me olvidas, cómo te siento al no verme en tus ojos.
Ay de mis besos que están desiertos, ay de ti, ay de mi.
Marc Téllez González.