Recuerdo mi infancia
Como una época de sueños, ilusiones y metas,
llena de vivencias y dificultades.
Recuerdo a mi profesora particular Paquita
enseñándome a hablar, leer, escribir,
calcular y darme conocimientos del mundo.
Recuerdo sus sabios consejos
y su lucha por reintegrarme socialmente
porque me encontró sorda y muda.
Recuerdo las aulas del colegio
Donde mis profesoras me explicaban diversas materias:
lengua, matemáticas, ciencias, etc.
Y me pasaba horas y horas sentada en un pupitre.
También recuerdo los recreos donde jugaba con otros niños
Saltaba a la comba, al escondite, corría, etc.
Pero era una niña solitaria que le costaba trabajo ganar amistades.
Recuerdo los paseos con mi abuelita
que me contaba tiernas historias,
y añoraba su cariño.
Mis juegos solitarios con mis muñecas:
Las vestía, lavaba, paseaba y daba de comer
Como si fuesen mis hijas.
Recuerdo el aire frío que soplaba en mi cara,
las hojas secas que caían de los robles.
También recuerdo los paisajes
que contemplé con mis padres en los viajes:
las hermosas montañas con sus ríos y lagunas,
y las playas con su inmenso mar.
Recuerdo que la época de sueños e ilusiones
donde mantenía intacta mi inocencia infantil,
tropezó con una dura realidad
donde solitaria emprendía un duro camino
para integrarme social y laboralmente
en un mundo real lleno de intereses
creados con el egoísmo de los humanos.
Recuerdo mi adolescencia
como una época rebelde y problemática
donde me di cuenta de que necesitaba un apoyo,
un amor con quien compartir mi vida
y continuar caminando hasta el fin de mis días.