Llevo el alma desnuda,
La llevo a flor de piel,
Sufro por la mujer
O una vana aventura;
Busco aquella ternura,
Que en mi infancia olvidé;
Pues a ella renuncié
Por tan precoz locura;
Acepté un duro sino,
Sufrir no me importó,
Seguí rudo camino
No exento de dolor;
Jamás le huyo al espino
Si su aroma es de amor…