Prometí amarte igual que ayer
por el resto de mi vida.
Sin saber que las promesas son en vano
fallé grotesca y repetidamente cada día.
Desde entonces
mi amor se intensifica
Aún sin intención
ni esfuerzo.
La moraleja es que
te amo aún más
conociéndote
imperfecto.
Será que el amor no se explica
y eso de aceptar errores
sin intentar cambiarlos
es lo que nos embellece.
Prometí amarte como aquel día
por el resto de mi vida
y encontré amándote
infinitamente más cada día.