Cuando me descubro pensando en este polémico concepto
Muy pocas veces llego a una conclusión convincente.
Sin embargo, en el viaje por este razonamiento
Descubro originalidades y primicias cada vez más atrayentes.
Y puedo decir que la vida es un ente inmaterial dotado de espacio,
Al que también se le ha concedido el poder sobre el tiempo
Y no existe nada ni nadie que pueda cambiar su esencia.
No obstante, es generosa.
Y lo digo porque nos da la oportunidad de deambular en su existencia
Y en ella, a su vez, existimos como personas.
La vida, puede ser un conjunto;
Un conjunto de eventos y casualidades
Cuyo objetivo no es otro sino forjar nuestro interior
Para, exteriormente, reflejar lo que la vida quiere que seamos.
Y aquí empieza lo interesante, ya que la vida no es un gobernante.
La vida no nos rige a través del “destino” como muchos creen.
Se nos ha brindado la capacidad de autonomía y podemos vivir de acuerdo a nuestra perspicacia.
La vida, pues, es ese conjunto de sucesos y circunstancias que no tienen sentimiento alguno.
La vida no posee misericordia, no demuestra amor; la vida es indiferente a sus actos y consecuencias.
Y no quiero hacer creer que la vida es un ser o una persona superior.
Simplemente intento describirla de una manera inteligible dentro de nuestra capacidad humana.
La vida es repulsiva, no tiene pudor, es asquerosa y vomitiva.
La vida, causa dolor y angustia, arrebata y no devuelve.
La vida es impasible, temeraria, flemática y de paupérrima bondad.
La vida no es magnánima, en eso estamos de acuerdo,
Pero ¿Qué interés despertaría de no ser tal como es?
Dentro de su repugnancia se halla toda la lógica y equilibrio que nos domina;
Ella es así porque no puede, ni debe ser de otra manera.
Somos muy afortunados al tener como anfitriona del universo a la maestra vida.
Su pedagogía consta de enseñanzas sutiles y trascendentes
Que nos ofrecen la conveniencia de mejorar o empeorar según nuestro intelecto nos lo dicte.
Y tales lecciones de vida resultan tanto placenteras como reflexivas.
En el camino discurriendo por la vida
Nuestra meta bien puede ser la felicidad o la muerte
Y en ambas se puede encontrar regocijo.
Así que mientras sigamos viviendo, puedo estar seguro de que
Estaremos atestados de gozo y alegría siempre y cuando veamos los asuntos desde el ángulo acertado.
Y es por eso, amigo mío, que la vida
Es un viaje extraordinario y magnifico.