Pavel Gurrola

Seol

Donde todos están fritos,

para olvidar la Silueta del verdugo

no basta con mentir,

atacar el pensamiento,

arrancar las palabras

para callar el don de la vista.

La luz no puede encontrarme.

Ya no me importa

perder mi alma,

me importa

que no cumplas mi deseo.

Me llamas,

atraído Por el oro que pudre Mi alma,

hoy te uso de pretexto

para justificar las pesadillas

debajo del jardín,

sobre la cama,

dentro de mí.

¿Qué puedo dar para salvarme?

Miente con la voz de un ángel,

sonríe por el rostro de sus Víctimas.

el, sonríe para mí.