DULCEMENTE
Vestida de nostalgia camino muy despacio
recorro los lugares de mi alma dolorida,
miro aquella ilusión que se quedó dormida
perdiendo la noción del tiempo y el espacio.
La miro y me pregunto si no estará ya muerta
después de tanto tiempo durmiendo en el olvido,
como pájaro herido que se cayo del nido
parece que respira pero se encuentra yerta.
Me acerco y la recojo, la acuno dulcemente,
la mezo suavemente, le ofrezco mi calor,
mas como no responde a mi arrullo de amor
en su cuna de olvido la dejo nuevamente.
Entre triste y serena me alejo sigilosa
y la dejo dormida... ¡tan muerta como hermosa!.