Una tarde de lunes,
cuando no mirabas,
me vestí de sábado,
para ver que pasaba
y te vi dudando,
cuando decías,
que no era el sábado,
para ti, el mejor día.
Un otoño infame
me disfrace de verano,
por si tu más me querías,
un poco más templado
y te vi dudando,
cuando decías,
que no me empeñara
en seguir disfrazando.
Y yo, tonto de mi,
que tan solo quiero,
que sea en verano, otoño o invierno,
sea lunes, sábado o domingo
me ames sin más,
me ames lo mismo.
Javi Lobo.