Emprenderá el vuelo el joven ruiseñor,
Rezagado sobre un polvoriento olivar,
Vuela, vuela y vuela,
Abre solemne sus alas de par en par.
Bate sus alas al son del viento,
Sobrevolando viejos campos y ríos
Que forman este páramo verdoso y amarillento,
Bañado por un estruendoso alarido.
Silbidos forman una melodía
De la canción que canta el ruiseñor
Resonando alrededor de la campiña,
Llenándola de gracia y esplendor.
Volverá pronto junto a su bandada
Pasara por huestes de álamos y olivares...
Envejeciendo cada día que pasa,
Y surcando imponente los aires.
Colinas y valles encuentra en su viaje,
Majestuosas ondulaciones de la tierra;
Suben y bajan como una escalera,
Pero este las esquiva con ágiles virajes.
Llegara a su destino dentro de poco,
Vera todas las fauces conocidas,
Esos recuerdos casi olvidados
De esa lejana llana donde vivía.
Y al fin llega el ruiseñor a su hogar,
Después de encontrarse solo en la nada,
Soberbio viajero ya ha llegado a su morada
Dejando atrás los campos que separan su lecho de su lar.
Psdo: Alberti Torres