Aquí estoy incierto.
Sostenido en esta profecía
de incendio,
con la voz intacta
de la lluvia,
entre luz y agua
exhalando
el aroma antiguo de tu cuerpo,
imán y vaivén
de nuestras manos tercas
que se perpetraron
inquietas,
insaciables
y conocimos
y tomamos
del paraíso
y del infierno.
Bajo tu mirada
me crucifico a la
niebla que calcina
nuestra venas
y nuestra sangre
es arroyo recién nacido
que sabe al agua
de manos derretidas...
nos conocemos
interminables,
nos morimos
a esa cicatriz
que necesita
de esta brutal urgencia
de poseernos,
de abrumarnos
entre ramas que arden,
debajo de hojas
de lunas,
entre olas de fiebre
que respiran nuestras sombras.
Incierto….
transpirando dudas,
tejiendo sueños
de sal,
edificando verdades
de carne
y de cal,
te llamo y me llamas
en el desnudo
palpitar de nuestras voces
que no saben nuestros
nombres,
gritamos lo incierto
del viento
que se esconde
en nuestras lenguas….
sudor de cielo,
flor de ausencias,
relámpagos en vigía
….canción de nuestro cuerpo,
prorrogamos nuestra muerte
entre caricias falta de fuego,
y callamos
hasta la muerte
de nuestro tiempo
tiempo
que perpetua
a virginidad
nuestro deseo incierto.