El mar y yo,
yo y el mar somos los dos
del mismo sitio,
nacimos en el abismo
de la sal y el vino,
en la cepa del olor marino
y la uva, el cardo
y la ruda fuente de barro,
que me sirve los higos.
Yo y el mar
somos uno, el frío,
el viento, el sol o ninguno.
La celeste ave que vuela
al destino de mi barca
llena de olivos,
de sangre y de humo.
El mar y yo somos uno,
yo y el mar nos bañamos
en mi charco helado
de marinos temblando,
de redes nadando,
en las cepas, en mis penas,
en mis tarántos.
Yo y el mar nos amamos,
como dijo Serrat en su llanto,
que me entierren en su orilla,
mirando a mi mar mediterráneo.
Javi Lobo.