angelillo201

Hijos de Goliat.

 

La guerra cuenta una historia,

de un pueblo y su linaje,

hoy hecho prisionero

 en campos de refugiados Europeos,

que luchó contra el judío traidor.

 

Goliat,

gigante enorme y terrible,

amado por toda su gente,

capaz de subordinar

a cualquier tribu extranjera.

Luchó contra un simple plebeyo

llamado David.

 

 

David

mezquino y cobarde

un hombre corrupto de abajo,

de origen judío,

tembló al ver al gigante Goliat.

El sano gigante,

hacia temblar la tierra al pisarla,

acostumbrado a bañarla con sangre.

!Amado Goliat por toda su gente!

blandía su enorme maza de guerra

y su grito de guerra,

 hacía temblar todas las tiendas.

La gente salía,

 hasta  desde las más altas montañas,

a ver que ocurría.

 

!Bendito Goliat !

decía de él Zaratustra.

David viéndose ya muerto,

rezó a su Dios al levantar la cabeza

para ver  en las alturas,

 los ojos de Goliat.

Así le dijo a sus Dios David:

“ No me dejes morir así ,

Señor,

por lo que más quieras”

 

Y Dios

 como un buen abogado,

lidio  de una forma absurda,

que no volvió a repetir.

Se hizo pasar por una piedra

en la mano de David,

que mató al gigante Mongol.

Me arrepiento,

dijo Dios,

cuando vio lo que había hecho.

 

 

El orden del mundo,

fue cada vez a peor.

El amo

era el esclavo,

y el esclavo

era el amo.

Por eso

la estirpe noble y cautiva

recordamos esta historia,

que nos llena de honra,

hasta hacer pagar a Dios con su vida,

por aquel lamentable error.

La muerte de nuestro padre el gigante Goliat.

Porque aunque nuestro padre tenga otro nombre,

nos place más ser lo que queremos ser:

 

Hijos de Goliat,

 

Hijos de Goliat,

 

Hijos de Goliat,

 

Hail, hail, hail.

 

 

Hail, hail, hail.

 

Hail, hail, hail.

 

Angelillo de Uixó.