Cuando se vistan los cielos
de amapolas y de albas
y en mil silencios estallen
de la luna los cristales.
Me detendré para olerte
entre versos y olivares.
Otro Mayo para andar
¡Compruebo que no estoy muerto!
Me escapé de la ciudad
y de la sed del desierto.
Cuando el Camino se canse
de recorrerme por dentro;
le pondré lirios y cardos
y volaré con los vientos,
escuchando la romanza
de un ruiseñor mañanero.
Otro Mayo para andar
¡Confirmo que no estoy muerto!
Me escapé de la ciudad
y de la sed del desierto.
abuelopepe
15/04/2016