Mi corazón es prisionero tuyo. Lo ataste con irreductibles cadenas de amor; cada partícula de mi ser está sujetada a tus designios de princesa imperecedera. Confinado a vivir entre las sombras de lo prohibido, casi clausurando las ganas de ofrecerte el mejor de los amores a la vista de todos. Pero dentro de estos barrotes que impone la cordura, se debate la pasión de hombre que te adora más allá de sus palabras. Un eterno enamorado de la mujer más bella. ¡ Oh, amor hechicero que irrigas mi pecho, vuélveme sendero para caminar en sus horizontes ¡ quererla es perseguir la luz que da sentido a mi vida...¡