Salí a caminar por la calle Con optimista entusiasmo,
Con el ánimo muy alto Sin temer ningún desaire;
Saludaba a las personas, Con la sonrisa en los labios,
Un, buenos días, de mano O una plática simplona;
De repente, aquella niña, Se peleaba con su madre;
El camión seguía adelante, Sin importarle la fila;
Unos frenos que rechinan, Y bocinas que te agreden;
Muchas personas que quieren Abordar, y se empecinan;
En la lucha por la vida No hay respeto para nada,
Todos sacamos la espada Con intención homicida;
Es la vida citadina Un sinfín de comentarios,
Con valores tan precarios, Como “la fuerza intimida”;
Me regresé hasta mi cuarto Quise la escena olvidar,
Quise tan sólo pensar Que este es un mundo de hermanos;
Me senté con mucha calma Y me puse yo a escribir;
No sabía qué decir, Muy confusa estaba mi alma;
Quise contar mi experiencia, Quise yo hablar del amor,
Esta locura surgió, Con lógica consecuencia,
Esta selva de cemento, con prisiones tan pequeñas,
Aniquilan lo que anhelas Con un mundo tan violento…
Nada somos sin comida, Somos fieras al acecho,
Reclamaré mi derecho Si lo que tienes descuidas;
La razón: supervivencia, Y los medios, los que pueda,
Esta vida es una guerra Donde reina la inconsciencia…