Sábado, 16 de abril del 2016 a las 6:17 PM.
Vientos de grandeza desde la ciudad del sol me llegaron,
y me llevaron a la ciudad de Cascas; dejo mi lindo pueblo
Contumacino. De mi alma, el viento sopló al vengativo diablo
que anubló mi mente sin consuelo y trémula temblé
al robarle al vocablo un verbo, que ya conjugaron y retemblé.
De mi pueblo Contumacino sus ilusiones, belleza y cultura llevo;
de su garganta, sus voces sentidas escucho, las llevaré
las esparciré en Cascas, tierra primaveral, donde me enamoré
del ensueño real. De soleada tierra, burros jubilosos me saludan
muy briosos. ¡Oh, carga de mi carga; sufren el castigo longevo!
De la sierra, sus vientos atados llevo, como bueyes sus yugos
al arar fresca oliente mirra. ¡Cómo disfruto del sembrado de trigo,
del campesino de la sierra, su forma amable, su esencia, y agudeza!
Vientos de grandeza me sonríen en otros lares con entusiasmo,
me inspiran a vivir en la metrópolis Limeña, cuna de reyes y de halagos.
Dejo atrás mi Contumazá querida, las uvas crecidas o en podas, sin ares
en todos mis dares, pajares y todos mis traeres sin malabares.
Si vos tomares el camino corto: ¿Cuál erigirías en tus andares?
¿La ciudad bulliciosa con placeres o la pasividad de un pueblo sin acores?
Vientos de erudición precisa soplan desde mi cuna como luz de faroles.
Me miro en cada laguna y miro la luna con ensueños de grandeza alguna.
En mi tierra Casquina, todas mis utopías he dejado; no tengo fortuna.
En Lima, viví hambruna: las siete vacas flacas, la siete vacas gordas: sin fortuna.
Ninguna mano me auxilia, sólo la luna me alumbra desde el cielo en laguna.
Vientos del imperialismo me animan a volar al continente de \"libertad y fortuna,\"
abdicando a mi país con tristeza y desconsuelo. Acrisoladamente,
mis alas jóvenes vuelan obviamente a Miami, buscando efusivamente
un hogar un hombre amado, miserablemente la muerte casi encuentro,
con cuchillo ambidextro. Estómago y manos sangran en el siniestro.
Gracias maestra de química: superé estreses de vida, por supuesto.
Vuestra amiga encontró las letras: el arte de escribir poesía; mi madre diría:
con sangre se aprende y se recita un verso, con sudor se consigue un puesto,
y con sonrisas se ejercería. Con tantas galanterías, el amor de un hombre
encontraría, el amor me adiestraría pero en ella el cariño y respeto perdería.
Del altar que construí, heridas quedan por abandono de cuerpo y ternura.
Con vientos de amor busco alegrías. ¿Me llevarán a tu encuentro? ¡Qué locura!
VIENTOS DE GRANDEZA
Autor: Rosa Elizabeth Chacón León / Elizabeth Chacón Stevens
Derechos del Autor Reservados.
Contumazá, Perú,
Miami, \"Tierra Primaveral,\" USA.