Mi Señor, contigo necesito hablar
Se que pequé contra el cielo,
Y bien lo pude evitar
Pero no se cómo manejar
La impaciencia, la soberbia,
El rencor, la agonía y la tristeza.
No se hablar sin que la palabra lastime,
Ofenda o provoque algún malestar;
Sólo se me ocurre rezar,
Pedir por favor que laves las heridas
De mi corazón, que olvida
Y mancilla la vida
De mis caros seres.
Mi Señor, clamo tu perdón
Pido que me des un corazón
Que sea capaz de olvidar las ofensas,
Y buscar la esperanza de un nuevo mañana.
Quizá el poder es lo que me hace padecer,
Quizá la frustración me hizo envilecer.
No ví la inocencia,
El cariño, ni la entrega
De las almas bellas
Que se movían en derredor.
Hoy Señor, no me dejes caer
Ven y rescátame
Que algo bueno debo tener,
Por favor mi Señor
Ayúdame no quiero desfallecer,
Enséñame la humildad,
Hoy me arrodillo ante ti
Suplico tu benevolencia
Mi alma es buena en esencia.
©Mirna L. Carranza Archila