José Esparza

Brotes

Vivía tranquilo sabiendo que existías,

sin creer que serías parte de mi vida.

Arrancaba las flores de una rosaleda,

solamente para admirarlas... mas no para ti.

 

Llegaste en un momento imprevisto en mi vida,

y el más lejano cometa cayó sobre mí.

Y las lágrimas del celeste cesaron de salir...

Eso sucedió en mi vida cuando te vi.

 

El destino me cruzó en tu vida sin haberlo visto,

y entraste en la mía por lo que por ti sentí.

Y el sol nació el día en el que mis ojos te vieron,

e iluminaron al ser que vivía en un mundo sin ti.

 

Y he de pasar por los cuchillos de tus ojos,

sin pensarlo dos veces, porque he de amarte.

Porque he de darte todo sin recibir nada a cambio,

porque lo único que quiero es el color de tu mirada.