Elena Mateos

Si él supiera...

Estoy sumergida en su mirada. Una mirada dulce a la par que traviesa.
Que sus pupilas me absorven cual agujero negro y me embebo de ese mar que las rodea.
Que sin saberlo sus labios me llaman, y yo voy a su encuentro.
Y en el camino entre sus comisuras me pierdo y lo haría una eternidad si me lo pidiera.
Su voz me tranquiliza. Sus caricias son la cura a mis dolores internos.
Su simple compañía es la amnesia que mi mente necesita para dejar atrás preocupaciones.
Y cuando no está siento vacío, su ausencia me perturba y quiero que vuelva.
Que me ponga entre sus brazos y respiremos tranquilos.
Si él supiera... pero no sabe y yo no me atrevo a decirlo.
Tal vez porque no estoy segura de lo que siento.
Mi corazón dice una cosa y mi cabeza trata de convencerme de lo contrario.
Pero qué es sino contradicción entre corazón y mente lo que este sentimiento esconde.
Un sentimiento que conozco, aunque distinto cada vez.
Y esta vez no sé si real o imaginario pero lo siento.
Y lo odio aunque me encanta.
Mas puede que sólo sea una ilusión, tal vez sólo se deba a la tranquilidad que me reporta.
Quizás no quiero estar sola, quizás siento que necesito el apoyo de alguien.
Y él me lo da, me reconforta tenerlo a mi lado.
O tal vez lo sienta, tal vez no sea un simple espejismo.
Y de ser así estoy perdida, perdida en la obsesión de que sea mío.
Perdida en sus ojos, perdida en sus palabras, en sus gestos.
Perdida en su suave piel, esa que acariciaría una y otra vez todas las noches.
Y así seguiré, perdida en mis pensamientos, de donde quizás nunca salga lo que anhelo decirle.

 

\"Mis reflexiones de sofá\"