He luchado denodadamente,
he trabajado a espuertas,
incluso contra mi mente,
para que me amaras.
Me pillaste muy inocente,
nunca había amado a nadie,
por eso luché con más ardor,
para intentar conquistarte.
Pero no lo he conseguido,
ya no me puedo engañar,
mi orgullo has removido,
y confundido mis entrañas.
Siempre pensé que lo lograría,
he luchado contra un fantasma,
pero no uno cualquiera,
sino probablemente tu alma gemela.
El problema es cómo te aburrías,
siempre es agradable un bufón,
un ser que te consuela,
que te alegra tu corazón.
Y mientras mis celos aparecían,
aparecía un ser que no me gustaba,
un ser inseguro con causa fundada,
y la desidia y la inquina crecían.
Al final, por fin todo acabó,
no quise ser tu amigo,
mi corazón quedó tocado,
y mi interior en ese momento hundido.